Solemos pensar que, a estas alturas, el planeta no guarda secretos sobre sus antiguos habitantes. Nada más lejos de la realidad. Aunque ya pasó la edad de oro de la arqueología, todos los años se descubren nuevos y fascinantes yacimientos. El mes pasado, por ejemplo, un grupo de arqueólogos estadounidenses anunció el hallazgo de la mítica Ciudad Blanca de Honduras, también conocida como la Ciudad del dios Mono, que podría pasar de la noche a la mañana de ser un recóndito punto de la selva a centro de peregrinación turística.

Empieza contemplada como una leyenda fantástica, luego como un mito de una civilización con esplendor que desapareció misteriosamente y en la actualidad convertida en centro de estudios arqueológicos.La Ciudad Blanca o “Ciudad del Dios Mono“, es un sitio arqueológico situado en el oriente de la república de Honduras.

FOTOGRAFÍA DE DAVE YODER, NATIONAL GEOGRAPHIC
En contraste con la cercana cultura maya, esta extraña civilización desaparecida ha sido poco estudiada y sigue siendo prácticamente desconocida.

El objeto más vistoso que emerge de la tierra es la cabeza de lo que podría ser un “hombre-jaguar”, un tipo de félido que quizá representa a un chamán en un estado espiritual transformado. Alternativamente, el artefacto podría estar relacionado con los juegos de pelota rituales, los cuales fueron un rasgo característico de la vida precolombina en Mesoamérica.